SI TE PREGUNTAN, NOS CONOCIMOS EN EL SUPERMERCADO Y YO NO TENGO TINDER, 2ª PARTE
Pongámonos en situación:
Tres amigas, por encima de los 35 años,
solteras, de fin de semana de escapada a la playa. Nos damos a las cenas
elegantes empezando con un buen Cosmopolitan, como si acabáramos de salir de la
serie Sexo en Nueva York, para perder
todo el glamour al hacerse de día en el típico garito rockero donde se juega al
billar.
En fin, ahí estábamos las tres,
compartiendo unas risas con nuestro cóctel, para posteriormente pasar a una
botellita de vino y luego a otra botellita de vino, etc. y la App de ligoteo de
turno abierta porque, CONFESEMOS, cuando sales de tu ciudad piensas que TODOS
los macizos del mundo estarán allí esperándote y tampoco importa tanto la
distancia.... Y yo, cuál directora de casting en plan: este sí, este no, este
sí, este no, y voilá... ¡MATCH! Total, que empezamos a hablar.
He de decir que me encanta la
ironía y no hay nada que me parezca más atractivo que un hombre que me desafíe
intelectualmente con juegos de palabras y que tenga un humor inteligente, pero
lo de PANCHO… Lo de Pancho no era humor ni era ironía, iba mucho más allá, me
soltaba unas vaciladas que me hacían dudar de si ese tío era un GILIPOLLAS
INTEGRAL o solo un TONTO A LAS TRES.
Pero, a pesar de los comentarios
de mis amigas, que insistían en que lo bloqueara, me picó la curiosidad y
pensé: ¡para chulo tú, chula yo! Hasta que me harté y directamente le pregunté:
-“Pero tío, ¿tú eres realmente
así? Porque me estás cayendo verdaderamente mal.”
A lo que contestó:
- “Pues tú me estás cayendo bastante
bien.”
Y ese fue el resorte para que el
intercambio de mensajes se convirtiera en una conversación normal con Pancho, y
de ahí pasó a “vamos a tomarnos una copa”, a lo que no iba a aceptar, porque cuando
estoy con amigos no planeo ligues. Así que le dije que ya veríamos si
quedábamos otro día, porque esa noche ya tenía planes y él no entraba en ellos.
La noche del sábado acabamos en el
garito de rock en cuestión, cantando y bailando al son del grupo de música
invitado y jugando al billar con nuestros tacones y vestiditos totalmente fuera
de contexto, pero sintiéndonos absolutamente hermanadas con los parroquianos
del lugar gracias a la cantidad ingente de alcohol que llevábamos en vena.
El domingo no me desperté con
resaca, no, me levanté con LA RESACAAAAAAA del siglo, habiendo dormido cuatro
horas después de dos noches seguidas de juerga. Ese momento vital en que
piensas que ¡nooooooooo, tú no tienes treinta y cinco años!!! ¡Tú tienes
VEINTIQUINCE! ¡Por Dios!!!
¡¡¡¡ILUSAAAAAAAA!!! Dice tu
resaca al día siguiente.
¡¡¡¡ILUSAAAAAAAA!!! Chilla tu
estómago ante el alimento sólido que pretendes ingerir.
Y finalmente, lo peor...
¡¡¡¡ILUSAAAAAAAA!!! Gruñen tus
tripas con ese mal cuerpecito que se te queda y que te pide ir al baño cada dos
por tres al día siguiente....
Pero teníamos que aprovechar el
fin de semana, así que mis amigas me amenazaban con arrastrarme a
la playa y no tuve más remedio que ponerme encima la primera camiseta que pillé
y un bikini que asomaba por el suelo. ¡Para cuidar y pensar el look estaba!
Y allí estaba yo, muriéndome en
una tumbona en la playa, intentando sin éxito que el agua fría del mar me
hiciese recuperar todas las neuronas que había matado el día anterior y se
llevase mi dolor de cabeza.
Y de repente recibo un mensaje de
Pancho, en ese estado ya ni me acordaba de él, y me dice: “Vamos a vernos,
tomémonos un café esta tarde.”
Y se suscita el debate, ¿quedo o
no quedo? Mis amigas, muy voluntariosas ellas, animándome a quedar y yo
dudando....
A favor: vives fuera, si no
quedas ahora, no lo harás, porque hacerse 500 kilómetros para conocer a una
persona, pues así, de primeras es, cuanto menos, difícil.
En contra: pero si tengo la cara
de otra, estoy sin maquillar, tengo el pelo lleno de sal y hecho un desastre, cara
de resaca, no he dormido, tengo la voz de Manolo, y en unas horas debemos estar
en el aeropuerto, y lo peor, me estoy CAGANDOOOOO......
Mis amigas: ¡Baaah! Estás guapa,
seguro que le vas a gustar, ¡si tú eres guapa así, al natural!
Total, que me dejé convencer y
quedé. Pensé: “Si este tío es un CAPULLO
en realidad, qué más da, me tomo un café y listo.”
Le avisé de que iba directamente
desde la playa y que no podía quedarme mucho tiempo, porque tenía un avión que
coger para volver a casa.
Y allí aparece PANCHO:
Pancho......... Con sus 187
centímetros de altura.
Pancho................... Guapo.
Pancho....................Mandíbula
cuadrada y espalda de posible empotrador.
Pancho................... Sonrisa
perfecta.
Pancho................... Recién
duchado, perfectamente vestido con unos vaqueros que le sentaban de escándalo y
oliendo a limpio.
Y allí estaba yo:
Amanda.................... pelo lleno
de sal, duro como el cartón piedra y pegado a la cara.
Amanda.....................ojerosa
como un oso panda.
Amanda o más bien Amando………. con
la voz como Darth Vader.
Amanda.....................con una
camiseta vieja y unas chanclas de publicidad.
AMANDAAAAAAAAAAAAAAA.... ¡TÚ ERES
TONTAAAAAAAA!!! Mi cerebro gritaba en mi interior, mientras intentaba atusarme
el pelo, darle un poco de forma (algo materialmente imposible), pellizcarme las
mejillas para eliminar la cara de zombie protagonista de Walking Dead, aclarar
la garganta intentando poner voz de falsete, mientras ese TÍO BUENORROOOOOOOOO
se acercaba a mí... Y sólo podía pensar: ¡Ay! ¡Si me hubieras visto ayer!!!!!!!
Taconazo, vestido espectacular, melena suave y sexy....
Tomamos el café y después de una
horita charlando, nos despedimos cordialmente porque tenía que prepararme para
retomar mi regreso a casa y mis amigas estaban en el hotel con las maletas
hechas esperándome.
Llego a la habitación, me miran
expectantes, las miro de vuelta y les suelto: ¡Un desastreee!!! ¡Estaba buenísimoo!!! Pero
ellas, que siempre ven la belleza que hay en mí, me insisten: “seguro que le
has encantado Amanda, te escribirá, ya verás....”
Me ducho, me arreglo a todo
correr, cogemos un taxi directo al aeropuerto, vuelvo a casa y ya en el sofá, a
las diez de la noche, zappeando, se produce la siguiente conversación en el
grupo de amigas de “solteras y estupendas”:
Mis amigas: "Amanda, ¿Te ha
escrito? ¿Sabes algo?"
Yo: "Nada, no sé nada, pero aún
es muy pronto… ¿no?"
Aunque la mejor representación
gráfica de mí misma era la siguiente:
A la mañana siguiente vuelven a
preguntar con ese tonito de preocupación: "¿alguna novedad?" Y entonces me fijo y… ¡Uy!
No me aparece su foto de perfil de Whatsapp…
Y NO, no penséis que se
había enamorado de mí perdidamente y había renunciado a ligar más porque yo era
la mujer de su vida y había decidido que nadie llegaría a igualar mi
naturalidad, NOOOO… Pancho no me volvió a llamar, y AÚN le pregunto a mis
amigas cuál creen que es la razón….
No sé por qué, pero sea la que
sea, yo a la próxima cita voy con mi pelito arreglado, habiendo descansado, con
mi voz de mujer y sin necesitar ir al baño cada cuarto de hora.... Vaya a ser
que aparezca otro Pancho en mi vida y ese, ese SÍ que no se me escapa.
Amanda!!! Bienvenida al mundo blogger! Me ha encantado tu historia, estoy contigo, nunca más con el pelo de cartón!!! Me gusta tu blog, creo que tenemos muchas cosas en común!
ResponderEliminarBesosss
Muchísimas gracias María por tu comentario y por tu bienvenida.
EliminarYo también creo que tenemos muchas cosas en común, sobre todo después de haberme divertido mucho leyendo tus tuits y tu blog.
Seguiremos compartiendo historias ;-) Besos guapa.